14 agosto 2014

EL DERRIBO




Vuelve el hielo
en el aire
con el que
se respira mejor
mientras se muestra
el triste solar derruido
por las máquinas.

Un enorme foso hay
de tierra y de piedras
con las miradas
curiosas de quienes
se paran viendo
el progreso excavando
en el pasado
del que solo queda
el ruido mientras
las palomas quietas
miran como se van
sus nidos.

Destruir lo que se hizo
para construir otro edificio.

Palas mecánicas,
hombres de Sol a Sol
borran los cimientos y sus paredes.

Queda un hongo extenso
bajo el Cielo
donde las esporas
de cemento y hierro
levantarán un techo.

Mientras dure el silencio
contemplaré como un sordo
con detalle lo que arranca
el progreso tocando con mis dedos
en el aire los sonidos.

¡Qué no arranquen
los árboles
Dios mío!

¡Quiero seguir escuchando
el susurro de sus hojas!

¡Quiero ver vida
donde entierran
a los muertos!

Como un lago seco
veo delante mío
tierra, piedras,
las máquinas
que devoran las entrañas
buscando más adentro
las raíces nuevas.

¡Qué no se lleven
los árboles!

¡Qué no arranquen
las páginas del libro!